Las lentillas, también conocidas como lentes de contacto, es un tipo lente correctora cuyo
uso se ha extendido enormemente desde sus origines, sustituyendo a las gafas por varias ventajas
que suponen frente a estas, aunque los motivos estéticos suele ser la más popular de las
ventajas de las lentillas
a la que hacen referencia sus usuarios.
Hoy en día se estima que más de 150 millones de personas usan
lentillas
en el mundo, aunque la mayor parte de estas se encuentran en el denominado primer mundo debido a
que en la actualidad las gafas correctoras aún son una opción mucho más económica. Prueba de este
uso mayoritario en los países más ricos es que de un mercado total de unos 6000 millones de dólares
anuales, solo en Estados Unidos se gastan más de 2000 millones, o lo que es lo mismo, más de un
tercio del total de las lentillas son vendidas y usadas en Estados Unidos.
Respecto a la edad y genero, las lentillas se suelen utilizar a partir de los 30
años de media (aunque muchos usuarios las utilizan desde la adolescencia), y casi el 70% de ellos
son mujeres, dato que corrobora su ventaja principal.
Y después de esta breve introducción al mundo de las lentillas, a continuación
nos adentraremos en las historia de las lentes de contacto en el que descubrirás la apasionante
historia que tiene detrás.
Historia de las lentillas
Aunque parezca increíble, el primero en descubrir, practicar y escribir acerca
de la idea en la que se basan todas las lentillas correctoras fue Leonardo da Vinci, y prueba de
ello se encuentra en el códice «Of the eye» escrito en el año 1508. En este códice, el
popular y versátil genio del renacimiento describe un método practico para alterar la capacidad de
enfocar de la cornea introduciendo la cabeza en un cuenco de vidrio transparente lleno de
agua.
No obstante, Leonardo da Vinci no hace referencia a que dicho método podría
usarse para corregir la visión defectuosa, debido a que el más bien exploraba como mejorar la
acomodación ocular, que es la capacidad de enfocar con claridad objetos alejados y próximos al ojo,
capacidad que se pierde con la edad pasando desde las 15 dioptrías (cuando se es muy joven), a las
10 dioptrías a los 25 años, posteriormente a las 2 dioptrías cuando se tienen unos 50 años, y se
reducen a 1 sola dioptría cuando se llegan a los 70 años, lo que implica poder enfocar un objeto a
6, 5cm, 10cm, 100 cm, o 200 cm, dolencia que se denomina presbicia y que todos padecemos, y de la
que seguro Leonardo Da Vinci era más que consciente.
Posteriormente, René Descartes (1596-1650), el también archiconocido filosofo,
matemático y científico de origen francés, describió un objeto hipotético para este vez si corregir
la visión. El objeto consistía en un tubo de vidrio relleno de agua u otro líquido, y cerrado con
una lente a modo de tapón. Indicamos que se trata de un objeto hipotético debido a que su puesta en
práctica era imposible (pero no su construcción) debido a que para poder corregir la visión sería
necesario que el extremo del tubo que no contenía la lente estuviera en contacto continuo con el
ojo.
Mucho más tarde, en 1801, un brillante científico multidisciplinar británico
llamado Thomas Young (1773-1829), construyo las primeras lentillas de la historia, usando las ideas
desarrolladas por Descartes. Para su fabricación utilizo dos lentes puestas en paralelo, y cuya
separación relleno con agua para eliminar el poder refractivo de la primera, y el conjunto fue
unido por medio de cera, y colocado sobre el ojo del mismo Thomas Young quien experimento con ellas
y describió sus resultados. No obstante, todavía también era pronto para su uso en la vida
real.
La siguiente gran contribución a la historia de las lentillas vino en el año
1827 de la mano Sir John Herschel (1792-1871), un astrónomo británico que aporto dos ideas. La
primera de ellas mejorar la visión aplicando sobre el ojo algún tipo de gelatina animal y contenido
en ella introducir una lente, y la segunda de ellas hace referencia a la creación de moldes de los
ojos del paciente para su utilización posterior para el pulido de las lentes y de este modo
conseguir una plena adaptación a la superficie del ojo. No obstante, estas son solo dos ideas que
escribió en el pie de página de un artículo escrito por él en 1827 titulado «Light» y
publicado posteriormente en la Enciclopedia Metropolitana en 1845, y no ha constancia que las
intentara desarrollar. En cualquier caso, son dos grandes contribuciones, y prueba de ello es la
creación de la medalla Herschel, un premio que lleva su nombre desde 1957 y que otorga la ISCLS
(Sociedad Internacional de Especialista de Lentes de Contacto).
En 1888, un oftalmólogo alemán llamado Adolf Gaston Eugen Fick (1852-1937) crea
las primeras lentillas realmente prácticas. Es considerado el inventor de las lentillas, aun cuando
tomo ideas de los anteriormente descritos, y sus lentillas en concreto eran un tipo de lentilla
denominada «lente de contacto escleral afocal» y es nombre hace referencia a que la lentilla en
cuestión descansa sobre la esclerótica (la parte blanca, y menos sensible del ojo), y su interior
es auto rellenado con lagrimas del propio ojo del usuario. Inicialmente probó sus prototipos en
conejos, luego en sí mismo, y posteriormente en voluntarios. Con los resultados ya confirmados,
escribió un artículo titulado «Contactbrille» que fue publicado en la revista «Archiv für
Augenheilkunde» en marzo de 1888.
Tan solo unos meses después de la publicación del artículo de Fick, un
estudiante de medicina también de origen alemán, August Müller (1864-1949) creo sus propias
lentillas para autocorregir su grave defecto de visión que era de — 14 dioptrías, llegado a
reducirla a solo 0, 5 dioptrías. En su tesis doctoral, presentada en 1889, cuyo título fue
«Anteojos y lentes cornéales» describió como desarrollo sus propias
lentillas
usando vidrio soplado y puliéndolo con esmeriles. Como mejoras, sus lentillas que autodenomino
«Hornhautlinsen» (lentes cornéales en alemán) eras más transparentes (las de Fick eran ligeramente
marrones), y se adaptaban mejor a ojo. Sin embargo, sus lentes eran más molestas que las de Fick y
solo podían ser usadas durante media horas, mientras que las de Adolf Gaston Eugen Fick podían
usarse durante unas 2 horas.
En 1930 se produce un descubrimiento que ayudo a mejorar enormemente la
fabricación de las lentillas, y este fue la invención del polimetilmetacrilato (PMMA), comúnmente
denominado metacrilato, un plástico muy transparente y fácil de modelar y pulir.
Seis años después, un optometrista estadounidense llamado William Feinbloom
(1904-1985) crea las primeras lentillas usando una combinación de lente de vidrio y metacrilato,
creando de este modo unas lentes de contacto mucho menos pesadas que las anteriores.
Y tres años después del anterior hito, en 1939, otro optometrista, esta vez
húngaro, llamado István Györffy creó la primera lentilla sin usar vidrio, siendo construida en su
totalidad de plástico transparente (PMMA).
En lo que podríamos considerar un avance paralelo, el optometrista Heinrich
Wöhlk, de Alemania crea en 1940 sus propias lentillas completamente fabricadas en plástico
transparente (metacrilato). Su trabajo es el resultado de varios años de trabajo por lo que es
justo considerarlo un desarrollo independiente y paralelo al de Ostván Györffy.
En 1959 dos químicos de origen Checo inventan unos de los
tipos de lentillas
más usados en la actualidad, las primeras lentillas blandas. Sus nombres son Otto Wichterle
(1913-1998) y Drahoslav Lím (1925-2003), y conjuntamente publicaron en 1959 un artículo en la
revista Nature titulado «Geles hidrofílicos para uso biológico» donde describen la creación de este
tipo de lentes de contacto.
Una corporación especializada en la compra de derechos de patentes llamada
Corporación Nacional de Desarrollo de Patentes (NPD), compra en 1965 los derechos de fabricación de
las lentillas blandas los anteriormente mencionados químicos checos (O. Wichterle y D. Lím), y la
pasan los derechos a la entonces empresa estadounidense Bausch + Lomb (hoy canadiense), quien
comienza a fabricar las primeras lentillas blancas en masa para Estados Unidos.
En la década de 1960 algunos países europeos se aprueba el uso de las lentillas
blandas inventadas por estos científicos checos, y en 1971 la FDA aprueba el uso médico de las
lentillas blandas fabricadas por Bausch + Lomb).
A finales de los años 70, y en paralelo al desarrollo de las lentillas blandas,
se crean las primeras lentillas RGP (rígida permeable al gas) usando plásticos diferentes al PMMA
(metacrilato) que a diferencia de este, y como indican su propio nombre son plásticos permeables al
oxigeno. Este es un gran avance debido a que las anteriores lentillas rígidas realizadas con PMMA
no dejaban pasar el oxigeno a través de ellas, y consecuentemente generaban múltiples problemas.
Como el desarrollo de nuevos plásticos fue constante durante la década de los 80 y 90 este tipo de
lentes fue adaptándose a los nuevos plásticos recientemente descubiertos, todos ellos como hemos
indicado anteriormente permeable al oxigeno, dejando atrás el uso del metacrilato para el uso de
fabricación de lentillas.
La empresa Ciba Vision lanza en México en 1998 las primeras lentillas fabricadas
con hidrogel de silicona. Este material es otro gran avance en la fabricación del lentillas blandas
debido a que incluyen las ventajas del hidrogel (comodidad), con la altísima permeabilidad al
oxigeno de la silicona.
Hoy en día, este es el tipo de material más usado para la creación de lentillas
blandas, aunque coexisten en el mercado de las lentes blandas los dos tipos (hidrogel tradicional e
hidrogel de silicona), contando cada uno de ellos con multitud de formulaciones diferentes, y en el
mercado se suele hacer referencia a que actualmente se utilizan los hidrogeles de tercera
generación.
